Quién no conoce la situación. Completamente estresado, corres a casa después del trabajo, llevas las cosas (todo) necesarias para la visita planificada al gimnasio de escalada en tu mochila y comienzas a andar en bicicleta. La desagradable sorpresa llega en la sala de escalada: pinzones trepadores olvidados. Decimos: no hay problema.