Cuanto más fría esté la roca, más agarre. La escalada y el boulder en invierno son fantásticos. El frío es secundario, después de todo, estás en constante movimiento. La ropa de abrigo también ayuda, pero todavía hay un área problemática: los pies. La circulación se resiente en los pinzones trepadores, el aislamiento también es deficiente y la gente trepa descalza. La solución: calcetines calientes.